La celulitis y la piel de naranja son dos afecciones de la piel que, por el uso incorrecto del lenguaje, han acabado por usarse como si fueran un sinónimo cuando realmente no lo son.

En ocasiones una puede llegar a causar la otra, pero no siempre es así ni suceden a la vez, son dos situaciones diferentes.

La celulitis es una infección común de la piel causada por bacterias. Afecta a la dermis, que es la capa intermedia de la piel, y a los tejidos que se encuentran dejado de ésta.

La piel de naranja, por su parte, es tejido graso subcutáneo que se ha ido acumulando hasta el punto de presionar y sobresalir entre las fibras del tejido conectivo, llegando a formar bultos que le dan a la piel un aspecto similar a la peladura de la naranja.

En ocasiones la celulitis se manifiesta en esos bultitos, pero hay muchas ocasiones en las que la piel de naranja aparece sola.

¿Por qué aparece la piel de naranja?

Una mezcla entre una posible predisposición genética, alteraciones de peso, la edad, los hábitos sedentarios, una mala circulación y otros factores son los que pueden provocar la aparición de la piel de naranja.

Aunque se desconocen las causas exactas, sí se ha observado que aparece más en mujeres y es más habitual en la madurez. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que se acumula en zonas en las que habitualmente se quema menos la grasa, como piernas o glúteos, ya que el cuerpo recurre a otras zonas para conseguir energía.

La celulitis y la piel de naranja tienen solución

La aparición de la piel de naranja no tiene por qué ser para siempre. Hay soluciones:

• Hacer ejercicio
• Cuidar la alimentación
• Usar cremas o geles naturales con efecto frío-calor que ayudan a activar la microcirculación de la zona y a deshacer los nódulos de grasa que forman los bultitos, si lo hacemos masajeando obtendremos mejores resultados.
• Y constancia, mucha constancia.

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