El betacaroteno es un pigmento de color del grupo de los carotenoides que se encuentra en las frutas y verduras de tonos naranjas, rojos y amarillos. Es un potente antioxidante y una enorme fuente de Vitamina A, de hecho, aporta el 50 % de dicha vitamina al cuerpo. Su labor principal es la de proteger las células del daño oxidativo y, además dar el tono moreno a la piel.

¿Cómo protege la piel de quemarse?

La Vitamina A favorece la producción de melanina, que es la encargada de proteger la piel de los rayos ultravioletas del sol y la que determina el tono de piel de cada persona. Es decir, las pieles muy claras se deben a una menor cantidad de melanina, lo que provoca que el sol las pueda quemar con más facilidad.

En el otro lado, las pieles más morenas tienen una mayor cantidad de melanina, lo que implica una mayor capacidad de absorción de los rayos ultravioletas y, por lo tanto, una mayor dificultad para quemarse.

La ingesta de betacaroteno, tanto por medio de frutas y verduras como por medio de la suplementación, aumenta el nivel de melanina y, con ello, ayuda a ponerse moreno, a absorber los rayos ultravioletas y a evitar las quemaduras.

Pese al tono de cada piel y la ingesta de betacaroteno, para proteger bien la piel en la exposición al sol hay que usar cremas solares. Más recomendables las que contengas filtros naturales en lugar de los químicos ya que, además de ser mejores para la piel, son más cuidadosos con el medio ambiente.

Poder antioxidante del betacaroteno

El betacaroteno, además, es un gran antioxidante. Produce retinol, que ayuda a la creación de nuevas células y también a la eliminación de las células muertas de la piel. También ayuda a sintetizar el colágeno por lo que mejora el aspecto de la piel.

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