El mes pasado publicamos un post con los pasos a seguir para dar el salto a la alimentación vegana. Sin embargo, el veganismo va más allá de la comida. Y es que se trata de llevar un modo de vida más respetuoso con los animales y evitar el consumo de cualquier producto que venga precedido del sacrificio de un animal. Y esto incluye la ropa y el calzado. Se habla de moda vegana cuando la vestimenta está fabricada evitando completamente productos de origen animal.
Nada de lana ni cuero en la ropa
El primer producto que evitar es la lana. Es cierto que para su obtención no se sacrifica a las ovejas, cabras o alpacas, pero su obtención masiva para fabricar ropa va en contra del bienestar animal. Para que una prenda de ropa se pueda denominar vegana tiene que estar fabricada con algodón, lino o cáñamo.
Para los zapatos y los cinturones está prohibido usar cuero. A veces es muy sencillo ver lo que hay que evitar en la alimentación y, sin embargo, no lo es tanto en la ropa. Se tiende a pensar que el cuero es residual, pero se sacrifican más animales para la obtención de cuero que para carne. En el caso del calzado vegano lo que se usa es cuero sintético.
Detalles que pasan desapercibidos
Lana y cuero son los más fáciles de identificar y, además, aparecen indicados en la etiqueta. Pero si se quiere evitar por completo el uso de productos animales en la moda hay que mirar más allá. Los botones de nácar o hueso no aparecen siempre en la etiqueta, ni tampoco las plumas en abrigos de invierno. En este caso basta con fijarse o preguntar para saberlo y poder evitarlo.
Lo más complicado de saber es si en alguna parte del proceso de fabricación o en algún componente que no se vea se ha usado un producto animal. Por ejemplo, en el pegamento del calzado puede haber restos de pelo o hueso y no hay manera de saberlo.
Si lleva el sello que lo certifica como vegano no hay problema, pero si no lo tiene hay que mirar bien el etiquetado y preguntar porque se puede encontrar ropa vegana, aunque no tenga sello