Si hay algo esencial en la vida del ser humano es la alimentación. Comer sano, equilibrado y sin excesos es garantía de tener cubiertas las necesidades de vitaminas y minerales esenciales y de evitar carencias peligrosas. Las frutas, importantísimas. Las verduras, esenciales. Los cereales, vitales. Pero los cereales, mejor integrales. Y ¿por qué? Ahora os vamos a dar varias razones por las que es mejor comer cereales integrales que cereales refinados.

Conservan todas sus propiedades

Esa es la razón principal. Los cereales integrales están compuestos por el germen, que es la parte interna llena de nutrientes como las vitaminas del grupo B y E, magnesio, omega 6; el endospermo, que es la parte central que contiene proteínas, carbohidratos y vitaminas del grupo B; y el salvado, que es la capa exterior rica en fibra, además de proteínas, vitaminas del grupo B y antioxidantes. Es decir, los cereales integrales tienen todos los nutrientes. Al refinar los cereales pierden salvado y germen por lo que también pierden muchos nutrientes.

Mejoran la salud intestinal

La parte exterior, el salvado, es rica en fibra. Y es la primera que se pierde en el proceso de refinado. La fibra ayuda a prevenir el estreñimiento ya que favorece el transito intestinal. Además, aumentan la sensación de saciedad por lo que no se come de más.

Buenos para el corazón

La fibra, además de lo mencionado en el punto anterior, disminuye la absorción del colesterol y del azúcar por lo que ayuda a prevenir la diabetes y mantener el colesterol a raya.

¿Por qué se empezaron a refinar?

Los cereales forman parte de la alimentación humana prácticamente desde que apareció el ser humano. Desde entonces se consumía tal cual porque no había otro modo. Sin embargo, con el avance de la civilización y de la existencia de las clases sociales, se empezó a despreciar el salvado porque se creía que la fibra no valía para nada y, además, se refinaba para obtener panes más blancos para las clases pudientes mientras que dejaban el más oscuro para las clases bajas. Con el paso de los años los estudios han demostrado que el cereal entero es más beneficioso y conserva todas las propiedades.